Estados Unidos: este 2020, Ripple ha estado preparado para un año desafiante. El CEO de la compañía, Brad Garlinghouse, compartió que todavía están considerando abandonar los EE. UU. debido a las estrictas regulaciones de los Estados Unidos con respecto a XRP.
Países como el Reino Unido, Japón y Singapur tienen una dinámica regulatoria clara para los activos digitales, a diferencia de los Estados Unidos. Según Garlinghouse, el sistema regulatorio estadounidense carece de cohesión y claridad.
El CEO de Ripple también compartió que en los EE. UU., las empresas de criptomonedas compiten con diferentes entornos regulatorios. Algunos dirían que la criptomoneda es una mercancía, mientras que otros la considerarán solo como una moneda virtual. Sin embargo, muchos críticos dicen que XRP está relacionado con la seguridad. Esta afirmación dificulta las cosas para Ripple ya que hace que la regulación sea confusa.
Según Garlinghouse, la sede de Ripple permanecerá en los EE. UU. si se vuelve más clara y sólida. De esta manera, pueden seguir creciendo e invertir en más negocios en el país. Actualmente, el gobierno de los EE. UU. todavía no está asegurando a las empresas criptográficas que las autoridades de Japón y el Reino Unido. La incertidumbre regulatoria de EE. UU. afectará a Ripple, ya que es uno de los mercados más fuertes de XRP.
Sin embargo, países como Japón, Singapur y el Reino Unido le dan a Ripple suficiente claridad sobre la seguridad de la empresa. Además, Japón tiene el principal inversor de Ripple, a saber, SBI Group, una de las empresas más destacadas que utilizan XRP para transferencias de dinero transfronterizas. Garlinghouse confirmó que pronto se mudarían si las regulaciones siguen siendo las mismas en los EE. UU. Ripple tiene muchos destinos potenciales ya que muchos gobiernos han creado seguridad y claridad sobre cómo considerarán XRP.
Garlinghouse criticó a los reguladores de EE. UU. por estar indecisos sobre XRP, lo que dificulta que Ripple opere mejor en EE. UU. Según el CEO, la regulación de EE. UU. no debería ser un juego de adivinanzas, donde las autoridades no pueden concluir que las criptomonedas son propiedad, valor, moneda o mercancía.
Por el contrario, los países de Asia tienen muy clara su postura sobre los activos digitales durante más de cinco años. Aunque Ripple reside en San Francisco, aún brinda servicios de pago transfronterizos para varios socios financieros en todo el mundo. La compañía actualmente posee miles de millones de dólares en XRP.
Si el gobierno de EE. UU. no realiza ningún cambio, los activos digitales como XRP pueden tener un rendimiento inferior, según Garlinghouse. Desafortunadamente, Bitcoin es la única moneda virtual con pase de pasillo. Esta situación crea una atmósfera en la que los grandes bancos podrían dejar de asociarse con Ripple y dejar de usar libros de contabilidad basados en XRP.